Lectura y Análisis de Textos (Parodi)
Actividades de aprendizaje (Investigación, análisis y síntesis):
I. Por cada objetivo de lectura (recreación, información
o aprendizaje) localice un texto (debe incluirlo) que cumpla con las
características de la tipología específica a la que pertenece. Luego, debajo
del texto, explique brevemente qué objetivo(s) buscaría alcanzar el lector y
cómo lo hace (los textos seleccionados pueden ser fragmentos). Vea los ejemplos
que se muestran en las páginas 61-82 del texto básico. (Valor de la actividad:
3 puntos).
Lectura
de aprendizaje
9
consejos para que a los niños no les duelan tanto las vacunas (BBC Mundo, 2015)
¿Podía hacer algo más para evitar que la vacunación fuese
menos dolorosa para la niña?
Esta semana, la revista de la Asociación Médica
Canadiense (CMAJ, por sus siglas en inglés: Canadian Medical
Association Journal) publicó recomendaciones para minimizar el dolor al
vacunar niños y adultos.
La guía es el resultado del trabajo de un equipo
multidisciplinario de 25 especialistas en dolor, miedo, vacunación, epidemiología,
enfermería y otros campos. "El dolor durante las vacunaciones es una
preocupación común y puede hacer que la gente dude a la hora de tener que
vacunarse en su vida adulta", señala la publicación. De no superarse el
miedo a las vacunas, muchas personas pueden abstenerse de inmunizarse en su
vida adulta.
Y si ese temor no es superado, muchas personas pueden
estar en riesgo de contraer enfermedades que son fácilmente prevenibles a
través de la vacunación.
·
Amamantar a los niños
menores de dos años durante la inyección.
·
Darles una sustancia
dulce.
- Cargar a los niños menores de tres años.
- Colocar al niño en posición vertical porque
ofrece una sensación de control y puede disminuir el miedo en el infante.
No sujetarlo con fuerza extrema porque eso lo puede incomodar y estresar.
- En niños menores de 12 años, se puede aplicar un analgésico tópico antes de la sesión.
- Se recomienda que los padres o uno de ellos estén presentes en la vacunación para reducir el
nerviosismo en el niño.
§ Evite vestir al niño con ropa gruesa, muy ajustada o con
muchos botones. Recuerde que a la hora de la inyección uno de los brazos debe
estar descubierto y que algunas vacunas se aplican en los muslos de los bebés,
por lo que ropa ligera y fácil de quitar y poner es fundamental.
§ Pida ayuda si el que tiene miedo es usted. Es normal que
como padre pueda sentir un poco de angustia por la vacunación.
§ Para niños mayores se recomienda que los padres les
expliquen a los niños que las vacunas son algo bueno.
P
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ara un profesional en la atención primaria
de salud es importante conocer todos los aspectos relacionado con la
vacunación. Los enfermeros encargados de vacunar a los niños y adultos
manifiestan siempre la necesidad de minimizar el dolor y los efectos
secundarios de las vacunas. Como consecuencia de la capacitación continua, los
profesionales de la salud investigan continuamente como mejorar sus técnicas y
procedimientos diarios y más aún, cuando se trata de los más pequeños.
El lector de este artículo busca aplicar
nuevas estrategias para disminuir el dolor en la vacunación. Para los padres de
familia y sobre todo las madres, los efectos adversos como la fiebre, los eritemas
y el llanto incontrolable de los bebés, puede ser un desencadenante para que no
vacunen a sus hijos en las siguientes dosis. El licenciado en enfermería tiene
como objetivo en su unidad, vacunar a todos los niños de su comunidad. Y es
debido a los retos diarios y exigencias de las autoridades distritales que
cualquier método de disuasión a los padres es válido.
La lectura ofrece algunas acciones
prácticas para llevarlas a cabo en la postvacunación, y es que, solo mediante
la realización de esas estrategias, se comprobará la eficacia de las acciones
descritas para disminuir el dolor. Al
leer nueva información, el desarrollo académico del profesional alcanza nuevas
dimensiones, sobre todo en la medida que los avances científicos avanzan en el conocimiento
más profundo de las vacunas.
Lectura
de información
Macron
y Merkel cargan contra el nacionalismo de Trump y sus aliados (Bassets, 2018)
El mundo conmemoraba el centenario del fin de la Primera
Guerra Mundial y las tensiones que dividen este mundo quedaron al descubierto
en París. El anfitrión, Emmanuel
Macron, y la canciller
alemana, Angela Merkel, representantes de
las dos potencias enemigas entre 1914 y 1918, alertaron este domingo del
peligro de nuevas catástrofes. “El patriotismo es el exacto contrario al
nacionalismo. El nacionalismo es su traición”, dijo Macron. Un mensaje a los
más de 70 jefes de Estado y de Gobierno presentes. Y, sobre todo, al presidente
de EE UU, Donald Trump, que reclama sin complejos el nacionalismo y el América
primero.
Al pie del Arco del Triunfo, bajo una lluvia persistente,
se escenificaron dos visiones antagónicas: la de los defensores del llamado
orden liberal, con Macron y Merkel a la cabeza, y quienes lo cuestionan, como
Trump. Entre los asistentes, se encontraban el presidente ruso, Vladímir Putin;
el turco, Recep Tayyip Erdogan; el primer ministro canadiense, Justin Trudeau,
y el rey Felipe VI.
El contexto político contaba. Siete meses antes de unas
elecciones europeas que Macron plantea como un choque entre progresistas y
nacionalistas. Una Europa fracturada en bloques ideológicos y en la que su
aliada principal, Merkel, ha iniciado la retirada. Y un aliado americano
desinteresado en las mismas instituciones de las que fue impulsor y garante. El
presidente francés quiso poner a sus homólogos ante una disyuntiva. O esta
arquitectura, nacida tras la Segunda Guerra Mundial y encarnada en la ONU y la
UE entre otras instituciones, se preserva y moderniza, o el mundo está abocado
a otros desastres.
“Diciendo ‘nuestros intereses primero y qué importan los
de los otros’ se borra lo que una nación tiene más precioso, lo que la hace
vivir, lo que la lleva a ser grande, lo más importante: sus valores morales”,
añadió Macron para distinguir entre nacionalismo y patriotismo. “Sumemos
nuestras esperanzas en vez de oponer nuestros miedos”.
El desarrollo de la jornada fue revelador. En la
ceremonia de la mañana, los jefes de Estado y de Gobierno llegaron juntos a pie
al Arco del Triunfo por los Campos Elíseos: un momento que debía proyectar la
imagen de unidad en el centenario del fin de las matanzas. Trump y Putin
llegaron por su cuenta. La primera ministra británica, Theresa May, participó
en las ceremonias del armisticio en Londres, no en París.
El domingo, sonaron las campanas en toda Francia, como
hace 100 años, cuando a las 11 del día 11 del mes 11 del año 1918 entró en
vigor el armisticio firmado en la madrugada del mismo día en un vagón de tren
estacionado en medio del bosque de Compiègne. El armisticio acabó con cuatro
años de guerra que, como recordó Macron, causó 10 millones de muertos, seis
millones de heridos, tres millones de viudas, seis millones de huérfanos y
millones de víctimas civiles. El alto el fuego desembocó unos meses después en
el Tratado de Versalles. Las condiciones leoninas impuestas a la Alemania
derrotada alimentaron el revanchismo que contribuyó a la Segunda Guerra
Mundial.
Macron había preparado una ceremonia sin desfile militar,
para no zaherir a los alemanes, con la lectura de cartas y testimonios de
la Gran Guerra y
música interpretada por el violonchelista Yo-Yo Ma. Era una conmemoración de la
historia. Una manera de colocar a París, a Francia, y a él mismo, por unas
horas, en el centro de la política mundial. Y una reafirmación de la vía Macron
y Merkel —multilateralismo, libre comercio y UE— por oposición a la vía Trump.
Apertura contra repliegue. Multilateralismo contra aislacionismo. Patriotismo
—para usar su sutil distinción— contra nacionalismo.
A
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Propósito
del centenario del fin de la primera guerra mundial, los medios de todo el
mundo y especial los europeos dieron gran cobertura al evento conmemorativo.
Para un lector amante de la historia y sobretodo de los conflictos bélicos, el
desarrollo de esta noticia es una posibilidad para aprender más del pasado y
del presente. El lector busca comprender el paralelismo de los nacionalismos
actuales y los antiguos, precisamente aquellos que desencadenaron la primera
gran guerra. Y es que en la era Trump, la comprensión de la política actual, es
necesaria más que nunca.
Se pretende comprender el escenario actual
de Europa y de los grandes aliados, fracturados por el auge de nacionalismos,
partidos de extrema derecha, de igual manera, la disyuntiva entre los
políticos, diferencias históricas etc. También, la comprensión de un escenario
simbólico conmemorativo en los campos elíseos, donde el presidente francés
afirma con convicción el multilateralismo, en presencia de líderes que lo
rechazan. Para cualquier lector de noticias actuales, muchos términos de la política
han resurgido en un clima de incertidumbre. Los nacionalsocialismos, extremismo
ideológico, patriotismo, son términos complejos que exigen al lector, buscar un
contenido más profundo, como vía para comprender y saber más.
Lectura
Recreativa
Fragmento de Huckleberry Finn (Twain, 1884)
Cuando
llegué, Jim estaba sentado con la cabeza entre las rodillas, dormido, con el brazo
derecho colgando sobre el remo de gobernar. El remo se había roto y la balsa estaba
llena de hojas, ramas y tierra. Así que lo había pasado mal.
Amarré
y me tumbé en la balsa justo al lado de Jim, y empecé a bostezar y a estirar
los brazos junto a él, y voy y digo:
--Hola,
Jim, ¿me he dormido? ¿Por qué no me has despertado?
--Dios
mío santo, ¿eres tú, Huck? Y no has muerto, no te has ahogado, ¿has vuelto? Es demasiado
bonito para ser verdad, mi niño, es demasiado bonito para ser verdad.
Déjame
que te mire, niño, déjame que te toque. No, no, ¡no has muerto! Has vuelto otra
vez, sano y salvo, el mismo Huck de siempre... ¡el mismo Huck de siempre,
gracias a
Dios!
--¿Qué
pasa, Jim? ¿Has bebido?
--¿Bebido?
¿Que si he bebido? ¿He tenido ni un momento para beber?
--Bueno,
entonces, ¿por qué dices cosas tan raras?
--¿Qué
cosas raras digo?
--¿Cuáles?
Pero si no haces más que hablar de que he vuelto y todo eso, como si me hubiera
ido...
--Huck...
Huck Finn, mírame a los ojos, mírame a los ojos. ¿No te has ido?
--¿Ido
yo? Pero, ¿de qué diablos hablas? Yo no me he ido a ninguna parte, ¿adónde iba a
ir?
--Bueno,
mira, jefe, aquí pasa algo. ¿Yo soy yo, o quién soy yo? ¿Estoy yo aquí, o quién
es el que está aquí? Eso es lo que quiero saber.
--Bueno,
creo que estás aquí, sin duda, pero creo que eres un viejo chiflado.
--Ah,
¿conque sí? Bueno, contéstame a esto: ¿no sacaste el cabo de la canoa para amarrarlo
a la barra de arena? --No. ¿Qué barra de arena? No he visto ninguna barra de arena.
--¿Que
no has visto ninguna barra de arena? Mira, ¿no se soltó el cable de la balsa y bajó
zumbando por el río y te dejó en la canoa detrás, en la niebla?
--¿Qué
niebla?
--¡Pues
la niebla! La niebla que hemos tenido toda la noche. ¿Y no estuviste pegando gritos
y yo lo mismo, hasta que nos tropezamos con unas de las islas y uno de los dos
se perdió y el otro como si se hubiera perdido, porque no sabía dónde estaba?
¿Y no estuve yo mirando por un montón de esas islas y lo pasé terrible y casi
me ahogué? Dime que no es verdad, jefe, ¿no? Respóndeme a eso
L
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as lecturas infantiles son un verdadero
campo de recreación para los niños y ¿por qué no? para los adultos también. Un
lector que lee Huckleberry Finn ambiciona comprender las aventuras
desarrolladas por un niño y adolescente en las difíciles condiciones para los
pobres y esclavos de los estados sureños en el siglo XIX.
Esta lectura podría ser leída en voz alta
por un docente a sus estudiantes o un padre a su hijo, aun así, el lector en estos dos casos, busca recrear el
ambiente natural y sociocultural que los personajes de Huck y Jim, a lo largo del río Mississippi,
vivieron con intensidad. Es el disfrute de la expectativa de situaciones amenazantes,
las emociones, los conflictos de los personajes, las vivencias, que el lector
tiene como objetivo experimentar. Para ello es necesario situarse en el contexto histórico, sociocultural, con el propósito de entender mejor el fragmento.
II.
Al final de esta tarea se presenta el Anexo 1. Allí encontrará 4 textos
diferentes. Explique en cada uno de ellos las estrategias que empleó al
leerlos. Marque el texto como lo hace el autor Parodi en las páginas 99-120.
(Valor de la actividad: 3 puntos)
C.S. Lewis
2 Descripciones inadecuadas
El hecho de que los lectores de una clase sean muchos y los de la otra pocos constituye un accidente», en el sentido lógico: las diferencias entre ambas clases no son numéricas. Lo que nos interesa es distinguir entre dos maneras de leer. La simple observación ya nos ha permitido describirlas de forma rápida y aproximativa, pero debemos profundizar su descripción. Lo primero es eliminar ciertas identificaciones precipitadas de esa «minoría» y de esa «mayoría».
Algunos
críticos se refieren a los miembros de
esta última como si se tratase de la mayoría en todos los
aspectos, como si se tratase, en realidad, de la chusma. Los acusan de incultos,
de bárbaros,
y les atribuyen una tendencia a reaccionar de forma tan «basta», «vulgar» y «estereotipada»
que demostraría su torpeza e
insensibilidad en todos los órdenes de la vida, convirtiéndolos así en un
peligro constante para la civilización. A veces parece, según este tipo de
crítica, que el hecho de leer narrativa «popular» supone una depravación moral. No creo que la experiencia
lo confirme. Pienso que en la «mayoría» hay personas iguales o superiores a
algunos miembros de la minoría desde el punto de vista de la salud psíquica, la
virtud moral, la prudencia práctica, la buena educación y la capacidad general
de adaptación. Y todos sabemos muy bien que entre las personas dotadas de
sensibilidad literaria no faltan los ignorantes, los pillos, los tramposos, los perversos y
los insolentes.
Nuestra distinción no tiene nada que ver con el apresurado y masivo apartheid
que practican quienes se niegan a reconocer este hecho.
Aunque este tipo de distinción no tuviese ningún otro
defecto, todavía resultaría demasiado esquemática. Entre ambas clases de lectores no
existen barreras inamovibles. Hay personas que han pertenecido a la mayoría y que después se han
convertido y han pasado a formar parte de la minoría.
Otras abandonan la minoría para
unirse a la mayoría, como solemos
descubrir con tristeza cuando nos encontramos con antiguos compañeros de
escuela. Hay personas que pertenecen al nivel «popular» en lo que a determinada
forma de arte se refiere, pero que demuestran tener una sensibilidad exquisita
para otro tipo de obras de arte. A veces los músicos tienen un gusto poético
lamentable.
Y
muchas personas
que carecen de todo sentido estético pueden muy bien estar dotadas de una gran
inteligencia, cultura y sutileza. Esto no debe sorprendernos demasiado porque
la cultura de esas personas
es diferente de la nuestra; la sutileza de un filósofo o de un físico es
diferente de la de un hombre de letras. Lo que sí resulta sorprendente e
inquietante es comprobar que personas en las que ex officio cabría esperar una
apreciación profunda y habitual de la literatura puedan ser, en realidad,
totalmente incapaces de apreciarla. Son meros profesionales.
Quizá alguna vez su actitud haya sido la auténtica, pero ya hace mucho que el «martillar monótono de los pasos por
el camino fácil y firme» los ha vuelto sordos a cualquier tipo de estímulos.
Pienso en los desdichados profesores de ciertas universidades extranjeras, que
para conservar sus puestos deben publicar continuamente artículos donde digan,
o aparenten decir, cosas nuevas sobre tal o cual obra literaria; o en los que
deben escribir reseña tras reseña y tienen que pasar lo más rápido posible de
una novela a otra, como escolares que hacen sus deberes. Para este tipo de personas, la lectura suele convertirse en un mero
trabajo. El texto que tienen delante deja de existir como tal para
transformarse en materia
prima, en arcilla con que amasar los ladrillos que necesitan para su
construcción. No es raro, pues, que en sus horas de ocio practiquen, si es que leen, el mismo tipo de lectura que la mayoría. Recuerdo muy bien la frustración
que sentí cierta vez en que cometí la torpeza de mencionar el nombre de un gran
poeta, sobre el que habían versado los exámenes de varios alumnos,
a otro miembro de la mesa examinadora. No recuerdo exactamente sus
palabras, pero dijo más o menos lo siguiente: «¡Por Dios! ¿Después de tantas
horas aún tiene ganas de seguir con el tema? ¿No ha oído el timbre?».
Las personas que llegan a encontrarse en esa situación
por imperativo de las necesidades económicas o del exceso de trabajo sólo me
inspiran compasión. Pero, lamentablemente, también se llega a eso por ambición
y deseo de triunfar. Y en todo caso el resultado es siempre la pérdida de la
sensibilidad. La «minoría»
que nos interesa no puede ser identificada con los cognoscenti. Ni
el oportunista ni el pedante se encuentran necesariamente entre sus miembros. Y menos aún el buscador de
prestigio. Así como existen, o existían, familias y círculos en los que era
casi un imperativo social demostrar un interés por la caza, las partidas de
criquet entre los vecinos del condado o el escalafón militar, hay otros
ambientes en los que se requiere una gran independencia para no comentar, y,
por tanto, en ocasiones, no leer, los libros consagrados; sobre todo los nuevos
y sorprendentes, así como los que han sido prohibidos o se han convertido por
alguna otra causa en tema de discusión. Este tipo de lectores,
este «vulgo restringido», se comporta, en cierto sentido,
exactamente igual que el «vulgo mayoritario». Obedece siempre a los dictados
de la moda. En el momento ex acto abandona a
los escritores de la época de Jorge V para expresar su admiración por la obra
de Eliot, así como reconoce que Milton «está superado» y descubre a Hopkins. Es
capaz de rechazar un libro porque la dedicatoria comienza con una preposición y
no con otra. Sin embargo, mientras eso sucede en la planta baja, es probable
que la única experiencia realmente literaria de la casa se desarrolle en un
dormitorio del fondo, donde un niño pequeño armado con una linterna lee La isla del tesoro debajo de
las mantas.
Vivir para siempre
Anónimo europeo
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Una dama comía y bebía alegremente y tenía cuanto puede anhelar el corazón, y deseó vivir para
siempre. En los primeros cien años todo fue bien, pero después empezó
a encogerse y a arrugarse, hasta que no pudo andar, ni estar de pie, ni
comer, ni beber. Pero tampoco podía morir. Al principio la alimentaban como si
fuera una niñita, pero llegó a ser tan diminuta que la metieron en una
botella de vidrio y la colgaron en una iglesia. Todavía está allí, en la
iglesia de Santa María. Es del tamaño de una rata y una vez al año se mueve.
FIN
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Texto marcado con amarillo. Completar espacios vacíos.
La historia breve de una mujer quizás de un pueblo pequeño con aspiraciones de
ser inmortal es propia de fábulas de zonas rurales. En su tiempo podría haber
sido utilizada como elemento de persuasión para llevar una vida de caridad y
humildad. Los verbos vivir, morir, mover y los largos cien años muestran
al lector el carácter reflexivo del relato.
Carlos Ochoa remite carta
con disculpas públicas a Teleamazonas
El funcionario
cumple con lo
dispuesto por la jueza Lucila
Gómez. El superintendente de Comunicación, Carlos Ochoa, envió a Teleamazonas un comunicado en el que
se disculpa públicamente
por haber emitido una
sanción en contra de la estación televisiva. Con esta carta -que fue divulgada
por Sebastián Corral,
gerente de Teleamazonas- Ochoa
cumple con
lo dispuesto por la
jueza Lucila Gómez. En el
documento, Ochoa afirma que
“a pesar de no acoger el fallo judicial invocado, da cumplimiento al
mismo, en virtud de lo dispuesto en el artículo 24 de la Ley Orgánica de
Garantías Jurisdiccionales y Control Constitucional, y emite la
presente disculpa pública al medio de comunicación Centro de Radio y Televisión
Cratel C.A. (Teleamazonas).
Texto marcado
con amarillo, Relacionar una misma expresión. El lector se da cuenta que en el texto existen tres
involucrados en el comunicado, especialmente dos, quienes son los encargados de
emitir las diferentes acciones a cumplir.
Texto marcado
con rojo. Descubrir la relación
que una palabra establece entre los hechos mencionados en una cadena
lingüística En los verbos marcados con rojo, el lector puede ver los verbos que
emiten acciones a cumplir por parte del superintendente de comunicación.
CLAUDE MONET4 (1840-1926)
El padre del impresionismo
Siempre se ha considerado
a Monet como el
máximo representante
del Impresionismo.
Indudablemente, Monet
es un impresionista puro,
él nunca abandonó sus planteamientos. A lo largo de su dilatada carrera, llegó
a ejecutar cerca de tres mil cuadros.
Su máxima
preocupación es plasmar la vibración
cromático-lumínica en sus lienzos. En sus temas la luz engendra el
color y la forma. Su
retina capta
hábilmente el reflejo de la luz
en cualquier lugar: en una superficie acuática, en un suelo nevado o en la
portada de una catedral. Sus
temas preferidos son los marinos, escenas fluviales y paisajes. En su infatigable
investigación de la incidencia de la
luz, observa que esta varía con el paso del tiempo, y así se
producen múltiples efectos que intenta rescatar con su ágil y rápida
pincelada.
Nunca derivó hacia otras
corrientes artísticas, sino que se mantuvo fiel al Impresionismo hasta
su muerte. Destacan otros casos como el de Cézanne, que hace del Impresionismo un
personalísimo estilo que camina por cauces diferentes. Otros pintores impresionistas pero de
personalidad distinta a la de Monet son Degas y Renoir, no por ello menos importantes.
Monet fue un gran amante de la cultura y
arte japoneses. De ahí que se construyera un jardín a la oriental, con un puente y con
nenúfares. Este fue un buen lugar para refugiarse en sus últimos años. En este
tiempo, un Monet
casi ciego se deja
«iluminar»
por una luz limpia
incidiendo en el agua de su
estanque y en todo lo que le
rodea. Ello le lleva a crear pinturas restallantes
de vida, verdaderas «sinfonías
cromáticas».
Bassets, M. (12 de 11 de 2018). EL PAÍS. Obtenido de
https://elpais.com/internacional/2018/11/11/actualidad/1541936473_866446.html
BBC Mundo. (26 de 08 de 2015). Obtenido de
https://www.bbc.com/mundo/noticias/2015/08/150826_salud_recomendaciones_vacunacion_bebes_ninos_mr
Twain, M. (10 de 12 de 1884). Biblioteca Universal
Virtual. Obtenido de Las aventuras de Huckleberry Finn:
http://www.biblioteca.org.ar/libros/130929.pdf
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