La casa de Bernarda Alba 


Al leer la casa de Bernarda Alba es inevitable pensar en la vida y obra de García Lorca. Ya sea porque fue su última obra escrita o por la genialidad de su estilo y estructura, Lorca merece ser leído con exhaustividad. La obra es una reacción a la España rural, atrasada, católica de los años 30. Al indagar en la prematura muerte del autor, los personajes que inspiraron esta obra resultan nefastos, porque al parecer fueron reales y no dudaron en denunciarlo ante las autoridades fascistas y así acabar con su prolífica vida.

El preámbulo de la obra es fúnebre, negro, pesimista como el final de Lorca. Pero no por ello deja de ser una obra con todo el simbolismo de la generación del 27 que lo caracterizaba. Personajes de la vida real, situaciones comunes, narrativas simples, variado lenguaje verbal, metáforas continuas, denuncia de etiquetas sociales, emociones reprimidas, manejo de acontecimientos imprevistos o trágicos, todos ellos caracterizados en forma sublime.

El tema central de la obra es la denuncia social de las mujeres en la vida rural en Andalucía y España. Lorca amaba las mujeres, las personificó en sus obras y en su vida, al conocer su esencia frágil, la misma que el sentía al ser homosexual. Bernarda Alba resulta ese personaje opresivo, malvado, lleno de amargura, representa la parte oscura del alma, esa voz negativa llamando constantemente al abismo del mal. Es el personaje que plasma lo mejor de esa sociedad tan clasista porque no duda en encerrar a sus propias hijas por la tradición y el egoísmo.

Los otros personajes se encargan de rodear los aspectos más funestos del encierro al que están sometidos. Las hijas se encargan de rebelarse ante el autoritarismo de la madre con una variedad de comportamientos como el sexo premarital hasta la envidia más azarosa. Cabe destacar el conocimiento del autor a las reacciones naturales del ser humano ante tales injusticias sociales.

Lorca utiliza nombres simbólicos para sus personajes, es como si considerara el cruel destino de poseer y actuar como el nombre asignado al nacer o en el bautismo. Angustias, Magdalena, Amelia, Martirio, Adela, Poncia… todas haciendo honor a su nombre. Por ejemplo, Angustias debe poseer el fatal destino de la soltería al no hallar un candidato oportuno o al encontrarlo, soportar la tortura de tenerlo y al mismo no hacerlo por arbitrariedades de la vida.

El espacio utilizado es campestre, vacío, con pozos de agua simbolizando la escasez de vida en la casa y el pueblo. Existen grandes murallas recordando a las encarceladas el encierro al que están sometidas. Solo hay libertad a través de la observación de la luna. Los colores matizan la representatividad de las emociones. En definitiva, la obra se adapta al simbolismo social de la época. Lorca concede a cada personaje la oportunidad de actuar según sus ideales, aunque estos sean negativos o contrarios a las costumbres sociales.

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